Dioses
DIOSES
En el mítico reino de Amentis* la señora Nut acaba de programar el ciber-servidor doméstico, todo estará en orden, cuando su esposo el Sr. Gebeb, vuelva de la expedición a “Límite”.
Por fin dispone del tiempo necesario para sumergirse en la complicada trama de historias que darán vida al juego virtual de última generación, en el que trabaja.
No es fácil combinar las múltiples variables y crear ficciones coherentes, emocionantes y divertidas. Programar los conocidos popularmente como “Sueños de vida” es todo un arte, arte por el que ella, la Sra. Nut, es venerada en todo el Reino de Amentis.
El complejo entramado de mundos, universos, aventuras y desventuras que diseña, son famosos y permiten intervenir a varios jugadores en una misma historia. En los “Sueños de vida” de la Sra. Nut, los participantes pueden permanecer conectados eternamente a los terminales sensoriales, sin repetir ni uno sólo de sus complicados cuentos.
Ese día sin embargo, un pensamiento revolotea en su cabeza y le impide concentrarse. La imagen de Seth y Osiris conectados hora tras hora a los terminales, le produce un vago y molesto sentimiento, algo así como una mosca impertinente, que zumbase en su mente.
Desde luego, la Sra. Nut no es uno de esos radicales miopes que critican los últimos avances de la virtualidad, en absoluto, nadie como ella sabe apreciar sus ventajas, pero últimamente el comportamiento de sus hijos empieza a preocuparla.
No es que hagan nada diferente de los otros dioses, al contrario, como la mayoría, se la pasan disfrutando de los “Sueños de vida”. En ellos encarnan vidas ficticias y experimentan situaciones heroicas o grandes dramas. A menudo, se transforman en hombres, mujeres, e incluso en bestias y fantasmas. Jugando, los dioses aprenden y desarrollan sus potencias latentes.
Sin embargo, la Sra. Nut, intuye que lo que fue al principio un invento maravilloso, amenaza devenir en algo peligroso y enfermizo. Con frecuencia, los jugadores se identifican tanto con los personajes que encarnan en la fantasía, que sus Egos acaban por perder la noción de sí mismos. La técnica virtual recrea olores sutiles, texturas voluptuosas y volúmenes tangibles que les enredan en laberintos de emociones y sentimientos que producen una auténtica sensación de realidad, que sumerge totalmente a los jugadores en el reino de la materia,.
Poco a poco, jóvenes y viejos, pierden interés por sus actividades cotidianas. La mayoría ya no combina elementos para crear sustancias nuevas, ni sale a explorar las estrellas, ni siquiera los niños juegan a provocar tempestades.
En verdad es para preocuparse, los dioses corren peligro de olvidarse de si mismos, de olvidar lo que en realidad son.
Ella, la Sra. Nut, debe encontrar una solución, el Reino de Amentis esta en peligro.
La idea llega sin avisar, como un visitante que irrumpe inoportuno. La respuesta esta en el tiempo; si el tiempo, una variable que los diseñadores no han incluido hasta el momento. Una variable que alterará la plástica y la dinámica de las ilusiones, desgastando cuerpos y mentes, antes de precipitarlas a su fin. Sí, la solución esta en el tiempo. A partir de ahora, todas las historias tendrán un tiempo limitado y siempre diferente.
Naturalmente, para incrementar la emoción, los jugadores deben ignorar la cantidad de tiempo asignada a cada personaje. Así, haciendo que el juego acabe inesperadamente, los adictos a esas magníficas ilusiones, volverán incluso sin desearlo, al mundo real, y aunque el fin imprevisible cause algún disgusto, se terminará de una vez por todas, con las broncas que provocan los dioses cuando, una madre preocupada o un esposo abandonado, intenta arrancar de los terminales sensoriales a los jugadores más empedernidos.
Con una sonrisa de satisfacción, la Sra. Nut se pone manos a la obra. Su próxima entrega será diferente . A partir de ahora los “Sueños de vida” serán muy distintos.
Sin darle más vueltas, vuelve a su trabajo. Resuelta introduce la variable tiempo en su nueva historia, y así, casi sin quererlo, la Sra. Nut madre de dioses, acabó con la inmortalidad en los “Sueños de vida” y con la mejor voluntad del mundo, inventó la Decrepitud y la Muerte.